lunes, mayo 11, 2009

Side

La música recorría el cuerpo melancólico del muchacho. Tantas veces la había oído y hoy recién había comprendido el contenido misterioso de esa letra. Esta maravillosa letra, que albergaba un mensaje oscuro, decepcionado y con una concepción acertada de la esencia del hombre.
Se quitó los audífonos y miró al cielo rodeado de estrellas relampagueantes.
-Y quizás alguien esté mirando allá, en el otro lado, toda nuestra naturaleza- pensó- Esté, tal vez, decepcionado de sus vecinos, de lo troglodita de la humanidad.
En ese momento se le vino a la mente todo lo que habían anunciado en la T.V.: asesinatos, violaciones, exterminios, experimentos con animales y humanos, corrupción, desastre ecológico y creaciones de miles de armas de destrucción masiva. Movió la cabeza haciendo un gesto negativo.
“Este es mi mundo y los demás lo destruyen a voluntad.”
Cerró los ojos y pensó en que algún día esto iba a mejorar… Pero recordó su “naturaleza”. Era parte de ellos y algún día ese huevecillo iba a romperse, dejando libre la semilla del mal. Ese pensamiento lo hizo estremecerse.
Miró por última vez el cielo, pensando en que tal vez sus vecinos vendrían a poner orden en la tierra y bajó su mirada la iluminada cuidad que tenía a sus pies.